lunes, 19 de octubre de 2009

18 de octubre de 2009; XVII Vía Augusta, etapa 2: Figueruela de Arriba Villardeciervos

Saldría la vía romana de la aldea por la Cruz de San Fabián, contorneando por el sur el altozano que marca el descenso hacia el arroyo de Ruidanta. Se conservan todavía vestigios de su encajamiento. A partir de este punto cruzaría, de sur DSCF0028a norte, la carretera para remontar el pequeño valle de Ruidanta por el costado izquierdo; y sólo cerca ya de la cumbre giraría a la derecha, buscando la Rodera de Garuza, siguiendo la cual cruzaría la actual carretera de Flechas para proseguir por la llanura de las Las Llatas en donde, entre esta denominación y La Trapa o Sobacana, se conserva el trozo de agger más impresionante de todo el recorrido, con casi tres metros de altura máxima y no menos de un kilómetro de longitud casi ininterrumpida.

Prosiguiendo por Valdecodeso, en cuyo tramo ofrece fehacientes vestigios de su encajamiento sobre el terreno, llegaría a El Teso, en la margen misma de la carretera que va desde Mahíde a San Pedro de las Herrerías, carretera con la que marcharía paralela en sectores, coincidiendo con ella en otros, para, a la entrada del pueblo, derivar hacia el casco urbano, que recorrería de sur a norte, rebasando otra vez la carretera hacia el oeste y marchando paralela con ella durante un corto tramo. Finalmente, y ya cerca del portillo, contornearía hacia la derecha las estribaciones septentrionales de Peña La Aldea para iniciar el descenso hacia Boya.

100_0500El descenso desde el Portillo de San Pedro de las Herrerías hacia el valle de Villardeciervos se hace, en principio, siguiendo la curva de nivel novecientos, primero por el lado izquierdo de la actual carretera, a partir del pontillón de Regato Zama (de los Prados), internándose hacia la derecha por una gran cárcava de las estribaciones septentrionales de la sierra en donde la explanada de la vía se hace espléndidamente visible bajo la sombra de los pinares; primero, a lo largo de una recta de unos cien metros de longitud, y después describiendo un bucle de ida y vuelta para adaptarse, tanto a la forma como al gradiente del terreno. De esta manera, sigue discurriendo, cuesta abajo, paralela a la carretera, y a unos cincuenta metros de ella, hasta medio kilómetro antes de Boya, punto a partir del cual se desvía a la derecha, actualmente por una zona de matorral y robledo ya poco reconocible, que la lleva hasta el arroyo de Prado Gillín, unos trescientos metros a la derecha de la carretera actual, frente al punto kilométrico 13.

A partir de aquí son discernibles de nuevo amplios sectores de explanada, primero al ascender, en curva, hasta la Chana de Valdetallas, y después, en agger, en un notable sector de este mismo lugar. Se pierde, de nuevo, en las márgenes del arroyo de Valdetallas para reaparecer otra vez, a manera de plataforma, en la suave pendiente que la conduce hasta el pinar de Valdetallas, y en forma de prolongado agger rectilíneo a lo largo de éste y hasta las proximidades del Vivero del Portillo. Desde aquí vira ligeramente hacia la izquierda, atravesando en línea recta La Llagona y Cabañas, hasta Villarino.

En este lugar es donde nosotros abandonamos la ruta para ir en busca de Villardeciervos, lugar donde, esta vez si, realizaremos un autentico empapuce en el restaurante Remesal.

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