jueves, 28 de octubre de 2010

17 de octubre de 2010; Figueruela de Arriba, Peñamira, Villarino de Manzanas


La atalaya de La Culebra
IRENE GÓMEZ 
La Opinion de Zamora 28/X/2010

En el oeste de la Sierra de la Culebra, muy cerca de la frontera portuguesa, sobre la serranía, se eleva un farallón de rocas, visible desde varios kilómetros a la redonda. Es la atalaya de la Reserva. Una elevación de 1.241 metros desde la que se divisa una impresionante panorámica. Al norte, la cadena montañosa de Sanabria y los valles de La Carballeda, al este la planicie terracampina, el sinuoso Aliste al sur y al oeste la comarca fronteriza de Tras os Montes.

Un día claro y unos prismáticos (muy recomendables) conceden toda una clase de geografía a quien corona este punto y se detiene en una detallada observación en 360 grados a la redonda. Braganza o Puebla se ponen a la vista del espectador, como la portuguesa Sierra de Montezinho, La Cabrera o el Teleno, en León.

Tan excepcional paraje es Peña Mira, vigía de Reserva Regional de Caza de la Culebra, soberbio enclave para disfrutar de la naturaleza, de la flora y la fauna, donde hacen límite los términos de Figueruela de Arriba (en Aliste) y Manzanal de Arriba (La Carballeda). Su emplazamiento, en el corazón del Espacio Protegido, permite disfrutar de un paisaje tapizado por pinares y brezo, entre los que se cruzan grandes cortafuegos. Reino del corzo, el jabalí, el ciervo o el más esquivo lobo, con suerte el visitante se puede tropezar con alguna sorpresa. Más seguras son las huellas, todo un ejercicio de introspección y curiosidad para los amigos de la fauna. Y habitual el vuelo de rapaces, con tanta querencia a los riscos y roquedos.

En la cúspide de Peña Mira se encuentra un reloj solar, realizado por un hijo de Aliste, Jacinto del Buey Pérez, natural de Figueruela de Arriba y experto en estas rudimentarias máquinas del tiempo, y autor de diversos ensayos y artículos sobre divulgación.

A lo largo del año son muchos los montañeros y caminantes que trepan hasta el cerro de Peña Mira, donde llegan a converger límites de hasta ocho pueblos de los ayuntamientos de Figueruela de Arriba y Manzanal de Arriba.

La primavera y el otoño son estaciones especialmente recomendables para gozar del espectáculo de la naturaleza, aunque hay que tener en cuenta los periodos hábiles de caza, pues no hay que olvidar que nos encontramos en la Reserva Regional de La Culebra.

Las posibilidades de coronar atalaya son varias, dependiendo de la vertiente que se tome, pero lo más habitual es salir de Flechas, un pintoresco pueblo de la comarca alistana regado por las aguas del río Cabrón y singular ejemplo de la arquitectura local. Casas de piedra con tejados de pizarra en un pueblo que mantiene la vida del día a día gracias a un puñado de vecinos. Otra cosa son los fines de semana y vacaciones, cuando acuden a su refugio otros habitantes que han hecho de Flechas su pequeño paraíso.

En el buen tiempo es habitual encontrar excursionistas que se desplazan hasta este recóndito punto para coronar Peña Mira. Una ascensión suave, sin excesiva dificultad que merece la pena.

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