Desde el frontón de Trabanca, donde dejamos los coches, salimos hacia la carretera de Cabeza de Faramontanos y al llegar a la altura de unas naves de ganado, tomamos el camino que sale a la derecha, enseguida llegamos a una portera que cruzamos y a partir de aquí el camino transcurre paralelo a la valla de la izquierda, hasta que llegamos el regato de Navatroncon que cruzamos por una pontonera y tras 1 km. llegamos al Camino de Contumero por el que seguimos durante 2 km, cuando tomamos el Camino del Pilo o de San Roque que sale a la izquierda y que nos lleva hasta Villarino de los Aires tras recorrer 4 km.
En Villarino bajamos en dirección a la Iglesia de Santa María la Mayor y desde aquí buscamos la carretera de la central por la que bajamos unos 2 km donde sale a la izquierda un sendero que discurre paralelo al Arroyo de los Cabrones y que nos introduce en un boque de rebollos y castaños. Este sendero nos lleva hasta Pereña en donde entramos por la calle Almerganales, nombre local de los granados.
En Pereña destacan la iglesia gótica del siglo XV y un arco de piedra que da acceso a la plaza.
Salimos de Pereña por el Camino de los Cuernos que lleva al Pozo de los Humos y que abandonamos tras 2,5 km siguiendo el camino que sale a mano izquierda y que nos llevará a la carretera SA-Cv-101 tras recorrer 3 km. A la derecha de la carretera vemos el río de las Uces en el que contemplamos algunos saltos de agua. Tras cruzar un puente tomamos el camino que sale a la derecha y que, tras pasar al lado de la casa del Abogao, nos deja en nuestro destino, Masueco, localidad en la que se encontró un verraco vetton y que conserva algunos edificios antiguos y una iglesia del siglo XVI consagrada a San Nicolás de Bari.
En Masueco reponemos la energías perdidas con nuestro consabido empapuce, perpetrado en el Mesón el Zebadero, donde fuimos bien recibidos, debidamente atendidos y sobradamente saciados.
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