lunes, 31 de mayo de 2010

30 de mayo de 2010, Sarracín Cabañas



Iniciamos nuestra ruta en la localidad de Sarracín y nos dirigiremos hacía la estación de ferrocarril (merece la pena desviarse un poco del sendero para visitarla), cruzando la vía por un puente superior. Llegaremos en seguida a un área de descanso con una fuente, mesas y una balsa artificial de agua, donde podremos observar diferentes especies de tritones.

Ascendemos suavemente por el “camino de la ventosa”, el cual va paralelo a un arroyo conocido como el “barranco Hoya de Cabo”, a nuestra izquierda nos flanquea una repoblación de pinos y a nuestra derecha se encuentra a una mayor altitud la madroñera.

Atravesaremos el arroyo y el desvío que nos lleva al bosque original de la Sierra de la Culebra con formaciones de encinas, alcornoques y madroños. El camino comienza a discurrir entre masas arbustivas, predominando el brezo y la jara, y repoblaciones de castaños.

Descendemos ligeramente para observar los corrales del Picón, en ruinas por el paso del tiempo pero uno de ellos en restauración. Un poco más adelante podemos descansar y echar un trago de agua en el Área Recreativa de las Guindaleras, y si el tiempo acompaña es posible darse un baño en la zona acondicionada para ello.

Llegamos así a Cabañas, después de una agradable marcha de una hora de duración.
Después de reponer fuerzas salimos de Cabañas de Aliste, siguiendo el curso del Arroyo de la Sierra que lo tenemos a nuestra derecha y una serie de cortiñedos a la izquierda. Rápidamente (10 minutos) divisaremos el Área Recreativa de Las Guindaleras y un poco más adelante a mano izquierda se ve un corral restaurado, perteneciente a los corrales del Picón. Comenzamos a ascender una suave pendiente girando el sentido de la ruta hacia el Este, el terreno que nos flanquea a ambos lados son repoblaciones de castaños y algunas encinas, acompañadas de un denso matorral de jara y brezo, en el valle del arroyo la vegetación será de alisos, helechos y pastizal.

A los 20 minutos debemos tomar el camino de la derecha en una bifurcación, para descender ligeramente hasta cruzar un pequeño arroyo, aquí nos adentramos ya en las masas de coníferas de la Sierra de la Culebra.

A la media hora de recorrido giramos a la izquierda para ascender de nuevo a través de un denso pinar hasta llegar a la majestuosa madroñera, acompañada de encinas y alcornoques, el madroño (arbutus unedo) es un arbolillo o arbusto de pequeño porte de la familia de las Ericaceas, se da en ambientes mediterráneos con cierta humedad y tiene una importancia vital en el ecosistema, dando refugio y alimentos (frutos) en época de escasez (noviembre-diciembre) a multitud de mamíferos y pájaros, lo cual favorece a la dispersión de sus semillas. A medida que vamos ascendiendo estas especies son de mayor porte y veremos alcornoques descorchados. Al llegar a los canchales (40 minutos de marcha) la densidad disminuye por la dificultad de arraigar en zona pedregosas y las plantas están más distantes unas de otras.


Cuando llevemos una hora de recorrido, la madroñera dará paso de nuevo al pinar de repoblación y el camino se estrechará y la marcha será más dificultosa hasta llegar a un cortafuegos. Aquí debemos ascender una dura pendiente que será recompensada con unas bellas vistas del “campo aliste”, Sarracín y de la Sierra de la Culebra. Llegamos a la parte de mayor altitud de nuestra ruta, cercanos a Peña del Cuervo (1169 metros).

Después de un cuarto de hora de duro repecho debemos dejar el cortafuegos (al fondo se ve Peña de Águila) y coger de nuevo un camino que sale a la derecha que discurre paralelo a la línea de cumbre de Peña Quebrada. Entre las cuarcitas de la cumbre, los pinos resineros, brezos y carqueixas disfrutamos de un paisaje inolvidable. En este tramo al llegar a un cruce de caminos (sobre 1hora y treinta y cinco minutos) podemos optar por desviarnos momentáneamente a la izquierda para ver la Cueva de la Mora, atravesando la mole cuarcítica de Peña Quebrada (no tardaremos más que un cuarto de hora).

A partir de aquí comenzamos a descender divisando al fondo el valle que forman la Sierra de la Culebra y la Sierra de Sesnandez. Cuando llevemos unas dos horas de recorrido habremos llegado a la carretera que une Sarracín con Ferreras de Arriba la cual cruzaremos. El matorral se ha vuelto más ralo y no se observa arbolado hasta que llegamos a la ribera del río Frío o Becerril, seguiremos su curso por su margen derecha flanqueados de alisos, chopos y algún fresno, majuelo, helechos y plantaciones de grandes castaños salpicados de manchas de pinos y robles.


Más adelante el camino se va separando del río y nos permitirá una mejor visión de las huertas y del bosque de ribera hasta que llegamos a una zona donde las repoblaciones de castaño desaparecen en detrimento de un jaral, aquí ya divisamos el Área Recreativa del Picón y los corrales de la Mayada a nuestra izquierda. Podemos desviarnos al Picón a descansar y seguimos nuestra ruta hasta Sarracín, punto de destino.

Despues de un buen camino se impone un buen empapuce, esta vez repetimos, tripitimos, cuatrupitimos (he perdido la cuenta) en Casa Pepa de Ferreruela de Tábara, qué contaros que vosotros no sepais de este magnífico templo pantagruelico.


1 comentario:

Unknown dijo...

Mucho calor, pero compensó pasear entre aquella espectacular mancha de madroños. No olvidar visitar este lugar en otoño.