sábado, 2 de mayo de 2009

10 de mayo de 2009; PR LE-14, Ruta de la Tebaida Berciana


Quizá lo primero que sorprende de esta ruta es su nombre. El origen hay que buscarlo en los primeros ermitaños cristianos, que se establecieron en los desiertos más aislados como el de La Tebaida, en el antiguo Egipto, buscando un retiro en solitario (ermitaños y anacoretas) o en grupo (cenobitas). A partir de este momento, en el siglo IV, discípulos de éstos se dispersan por el mundo en busca de lugares inhóspitos y solitarios.

Así, San Fructuoso funda en el siglo VII el Monasterio de Compludo, que abandona años después para buscar la soledad de Castro Rupiano, en el valle del Oza. Se inicia de esta manera al construcción del Monasterio Rupianense, origen del actual Monasterio de San Pedro de Montes. A finales del siglo IX San Genadio inicia la reconstrucción de este templo y reinstaura la vida eremítica en la zona junto a doce monjes más con la fundación de otros dos edificios religiosos en los alrededores de Peñalba de Santiago: uno en honor a San Andrés (se cree estuvo en los prados de San Andrés) y otro en el Valle del Silencio en honor a Santo Tomé. Desde entonces el Valle del Silencio, el Valle del Oza y el valle del Friguera, se conocen con el nombre de la Tebaida Berciana.

Un recorrido denominado Ruta de la Tebaida Berciana circular, con la posibilidad de algunas variantes, permite conocer los espectaculares paisajes desde el Cordal de los Montes Aquilianos y sus circos de Pico Tuerto, Silencio y Friguera, hasta las frondosas riberas del río Oza. La mejor opción es la que señalizada como PR.LE-14 y que enlaza Montes de Valdueza, Peñalba de Santiago y la Herrería de Montes.

Aunque podemos alargar un poco el kilometraje del recorrido iniciando la ruta en San Clemente de Valdueza, vamos a ceñirnos al recorrido señalizado y balizado como Pequeño Recorrido y establecemos el inicio y el final de la ruta en el pueblo de Montes de Valdueza (930 m. altitud). Allí se encuentra el monasterio de San Pedro de Montes, que actualmente se halla en proceso de rehabilitación. La parte mejor conservada es la torre románica del siglo XII y XIII.

En la explanada de tierra que existe junto al monasterio se encuentra un panel informativo con la ruta, en el punto donde comenzaremos el recorrido. En primera instancia la ruta desciende para cruzar el arroyo de Montes y comenzar después la subida más pronunciada del recorrido. Iniciamos la subida entre castaños para llegar a Castro Rupiano (1.090 m.), antiguo asentamiento astur y romano. La ruta sigue hacia la izquierda aprovechando el llano del canal romano construido por el Imperio dentro de la gran obra de ingeniería de los canales relacionados con Las Médulas. La ruta vadea el arroyo de Pico Tuerto cerca del precioso paraje de las Furnias un poco más adelante y continua por la ladera entre árboles (principalmente encinas y tejos) y pequeños cachales hasta llegar, siempre hacia la izquierda obviando la senda que sube al roquedo, al Chano Collao. Los 1.305 metros de altitud de este collado son un mirador de primer orden sobre toda la zona, especialmente sobre el Valle del Oza –y en concreto Peñalba-, y suponen, además, la cota más alta de la excursión.

Desde Chano Collao, con un gran marco de alta montaña a nuestras espaldas, emprendemos la bajada hacia el robledal de La Torrecilla y un poco más abajo los Prados de San Andrés. Durante el descenso atraerá permanentemente nuestra mirada la auténtica postal que conforma la estampa de Peñalba de Santiago flanqueada por las moles rocosas del Pico Cueto y el Pico de la Cruz, ambas por encima de los dos mil metros de altitud.

La ruta cruza ahora tras un pequeño giro a la derecha el arroyo del Silencio en las inmediaciones de la Cueva de San Genadio y comienza una ligera subida por camino más ancho hacia Peñalba. Cruzamos un nuevo curso de agua, el arroyo de Friguera, y entramos en las calles de este precioso pueblo leonés (1.105 m.). Peñalba de Santiago es un pueblo medieval con excelentes muestras de arquitectura tradicional –fachadas en piedra, balcones de madera y techos de pizarra-; un pueblo por el que perderse paseando sin desperdiciar ningún rincón y por supuesto mucho menos su verdadera joya, la iglesia mozárabe en la que San Genadio fundó el Monasterio en el siglo X.

Bajamos aproximadamente un kilómetro por la carretera hasta la zona de El Jardonal, y siguiendo las excelentes indicaciones, tomamos la senda antigua en un trazado de subidas y bajadas para llegar al paraje de La Previsa (945 m.) dejando atrás las ruinas de la ermita de los Corrales de San Mateo, donde queda alguna cabaña. Disfrutando de las nuevas perspectivas, emprendemos la bajada hacia la Herrería de Montes, hoy en ruinas (725 m.).


Junto a los muros derruidos de la herrería, la senda nos lleva durante la última hora del recorrido de nuevo al pueblo de Montes abriéndose paso por la ladera tupida de vegetación entre brezos y retamas y completando de esta forma uno de los recorridos senderistas más gratificantes de la provincia leonesa. La ruta de la Tebaida Berciana, por naturaleza, patrimonio y belleza de sus pueblos, desde luego no deja indiferente.

Texto: Turismo Rural y Aventura.com

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